Que alegre decisión
la de tu río
de no quedarse estanco
en afecto no sentido
y permitirse buscar
en la corriente
o en la costa
rumbo al mar
la inmensa felicidad que se merece
Que profunda decisión
la de tu mente
admitir a tu corazón
el aliciente
de permitirse sentir
el desaliento
de un amor cruento y no querido
y admitir
sumarse al río
en busca de una torrida corriente
que lo desplace al mar
y le genere
felicidad mayor a la que hoy siente
Gabriela, 12 de diciembre de 2009
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